CIRUGIA EXTRACORPOREA
¿En qué consiste?
Hay dos tipos básicos de operaciones
en las cardiopatías congénitas:
- Cirugías que no requieren circulación extracorpórea (cirugías a corazón cerrado o cerradas)
- Cirugías que la requieren (cirugías a corazón abierto o abiertas).
Las primeras son en general operaciones que actúan sobre los grandes vasos que entran o salen del corazón o sobre el propio corazón pero por fuera. Las segundas son operaciones que actúan en el interior del corazón.
No hay que confundir las operaciones cerradas
y abiertas con paliativas y correctoras.
- Las paliativas son operacion es que per siguen un resultado temporal y requieren u na segunda operación.
- Las correctoras persiguen la curación total como resultado definitivo.
Hay cirugías abiertas paliativas como la operación de Norwood y correctoras como el Jatene, y cirugías cerradas paliativas como la fístula sistémico pulmonar y correctoras como la aortoplastia en una coartación de aorta.
Para realizar las técnicas quirúrgicas en el interior del corazón, los cirujanos necesitamos trabajar en un corazón sin sangre y quieto (sin latir). Para ello usamos la circulación extracorpórea que consiste en una máquina que hace
las veces de corazón (impulsa la sangre a presión), pulmón (la oxigena) y riñon si es necesario (la filtra
) permitiendo que el corazón y pulmón propi
os estén sin sangre y en reposo, mientras qu
e el resto del cuerpo se mantiene con su flujo correspondiente de sangre oxigenada que proviene de la máquina.
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La sangre no oxigenada que regresa al corazón por las venas cavas se desvía a través de unos tubos de plástico especiales a la máquina de extracorporea (bomba), donde se oxigena, se calienta o enfría, se filtra y se envía de nuevo a presión a la aorta (Ao) del paciente desde la que
se distribuye por todo el cuerpo, especialmente por el Sistema Nervioso Central (SNC) y el riñón. El corazón queda exangüe y sin actividad aislado entre dos clanes (clanes A y B). Inevitablemente algo de sangre pasa a través de vasos secundarios y colaterales (CSC) al corazón proveniente de ramas de la aorta.
La circulación extracorpórea no es tan perfecta como la circulación humana y podría salir dañado algún órgano principal. Para evitarlo, sobretodo en niños pequeños, se enfría al niño (hipotermia moderada o profunda), enfriando la sangre a su paso por la máquina para conferir a los órganos principales una protección general y/o para permitir disminuir el flujo de la máquina (bajo flujo) en momentos concretos en los que la sangre que vuelve al corazón por colaterales enturbie el campo operatorio. El frio hace más resistentes a los órganos humanos protegiéndoles de la falta de sangre por lo que prolonga el tiempo de seguridad para que podamos operar con tranquilidad y precisión. En niños muy pequeños y/o en correcciones muy complejas incluso se detiene la máquina de circulación extracorpórea quedando corazón y máquina parados (se clampan los tubos que van o vienen a la máquina desde el niño) (clanes C y D) para permitir una más adecuada corrección quirúrgica sin sangre ninguna y sin cánulas que estorben (parada circulatoria).
Lógicamente para asegurar que ningún órgano quede lesionado al estar sin flujo sanguíneo durante un tiempo, se enfría previamente al niño hasta 15 grados ºC rectal (hipotermia profunda). A esta temperatura los órganos principales pueden estar sin sangre y sin daño durante un tiempo prolongado, el necesario para poder corregir bien la cardiopatía.
Pero la masa muscular cardíaca o miocardio también necesita sangre oxigenada para mantenerse y poder latir con fuerza después de la operación; si la operación dura mucho y el corazón no recibe sangre por las arterias coronarias el miocardio puede deteriorarse irreversiblemente impidiendo que lata adecuadamente causando la muerte del niño al finalizar la operación y retirar la circulación extracorpórea.
Para proteger al corazón se administra intermitentemente una solución especial que se llama cardioplejia hemática que proporciona al miocardio frío, quietud, oxígeno y otros factores beneficiosos sanguíneos, quedando así bien protegido para poder contraerse con fuerza después de retirar la circulación extracorpórea.
La circulación extracorpórea exige anticoagular la sangre para que no se coagule en contacto con los tubos que van y vienen de la máquina; cuando termina la operación hay que neutralizar el anticoagulante para evitar las hemorragias postoperatorias.